Cada momento mi pensamiento se encuentra en tí.
Cuantas veces me he hallado en ningún lado y la mirada perdida en el infinito, tocando apenas tu etérea imagen.
Obligando a mis recuerdos a que plasmen firmemente tu silueta en mi mente, hay veces que parece que te esfumas y con desesperación intento detenerte.
Y es que aunque ya formas parte vital de mi existencia, siento que lo que hoy ocupa mi realidad no es nada más que un hermoso sueño que mi febril imaginación inventa para jugar conmigo, contigo, con esos suspiros que me arrancan el alma cuando salen de mí sin poder detenerlos.
Cuando pienso en ti la soledad se evapora y siento que estamos unidos para siempre porque estamos anhelantes, deseosos de estar juntos, porque sé que tu estas igual que yo.
Que nos une esa hermosa sensación de haber encontrado a la persona que con tanto esmero hemos buscado sin cesar en tantas gentes y que muchas veces le hemos puesto nombres, rostros y que nunca han llenado nuestras expectativas de lo que sentimos sea el verdadero amor.
Ese amor que no piensa en razas, credos, prejuicios, edades, que solo piensa en la entrega total de mente, cuerpo y alma y que nos llena e ilumina a cada instante nuestra existencia.
Cuando pienso en ti mi vida se suspende en un momento mágico que me llena y me hace sentir que a pesar de todo ha valido la pena vivirla.